La organización del proceso de trabajo escolar
Introducción.
En toda institución educativa es
importante llevar a cabo la organización, ya que, es bien conocido que el éxito
de las labores docentes, directivas o administrativas depende de la
organización que se tenga dentro de la institución, desde un nivel individual
hasta dentro de una escuela, empresa o grupo de trabajo. La organización para
la Real Academia Española (s/a), es la “acción y efecto de organizar u
organizarse”; además es un acto de disponer y coordinar los recursos
disponibles dentro de una institución como son; materiales, personal humano y
financiero.
La organización se utiliza en dos
sentidos: el primero, es referirse a una institución o grupo funcional, ya sea
un hospital, una escuela, un equipo deportivo, entre otros. Y en un segundo
sentido, es un proceso de establecer y asignar labores de acuerdo a necesidades
de las instituciones, para cumplir las metas u objetivos de una escuela. Dentro
del ámbito educativo existen tres categorías de organización, que son: escolar,
del trabajo y curricular, donde el presente trabajo se enfocará en las dos
primeras organizaciones dentro de un centro educativo.
Desarrollo.
La organización escolar hace referencia a
las condiciones objetivas bajo las cuales la enseñanza cuenta con una
estructura, desde las competencias administrativas en cada uno de órganos del
poder público, como son el municipal, estatal y federal. Por su parte,
Bellesteros (1935), la organización escolar trata de someter la actividad
multiforme de la escuela a normas para lograr que todos los elementos, que en
ella interviene, contribuyen al mejor cumplimiento de su alta función educativa
y social. Estos elementos son los planes y programas; las metodologías; los
procesos de evaluación; los acuerdos, leyes y decretos; y, los programas
federales.
Sáenz (1995), a partir de la revisión
conceptual, considera que en la organización escolar se puede destacar la idea
de: un carácter dinámico de una organización, la escuela como entidad compleja
y la acción escolar como núcleo articulador. Asimismo, la organización escolar
comprende el análisis de las situaciones en la educación formal y no formal,
siempre que en ellas haya un proceso sistemático en el aprendizaje.
En cambio la organización del trabajo hace
referencia a la división del trabajo dentro de la escuela, considerando la
forma de la labor docente y demás trabajadores de la institución escolar, para
lograr alcanzar los objetivos tanto de ésta, como del mismo sistema educativo.
Está organización debe establecer las actividades, tiempos, materiales,
distribución de las tareas del personal y la organización jerárquica.
Conjuntamente, la organización del trabajo
docente siempre enfrentó fuertes resistencias en su debate, producto de una
cultura que ve en el magisterio una vocación, un sacerdocio y, por lo tanto,
una actividad distinta del trabajo organizado de forma profesional, portadora
de derechos y deberes (Arroyo, 2000 y 1985; Apple, 1989; Enguita, 1991;
Hypólito, 1997). La organización por parte del docente en la actualidad exige
un mayor tiempo en su labor, pero no en la jornada escolar sino un mayor número
de demandas en el mismo tiempos, por ejemplo: el desempeño de los alumnos;
buscar nuevas formas, estrategias y métodos para enseñar, evaluar y atender a
los alumnos, así mismo, que a los padres de familia; cumplir con las reuniones
con sus colegas; adaptarse con el financiamiento de la enseñanza pública; y al
mismo tiempo, cumplir con otras demandas externas por una política “eficiente”
en el sentido de su extensión.
Además, el docente dentro de su
organización de trabajo debe adaptarse a la situación actual de la escuela, ya
que existen condiciones precarias, falta de herramientas para realizar las
actividades educativas, al igual que materiales básicos de enseñanza y recursos
pedagógicos que influyen directamente en el trabajo de los profesores, y en
ocasiones en el aprendizaje del alumno. Así como lo menciona Hargreaves (1998),
el papel del profesor siempre es definido y redefinido de una manera cada vez
más amplia, englobando finalidades académicas, sociales y emocionales, que se
encuentran en el entorno del alumno y de la institución educativa. Por ello,
Codo et al. (1999), constatan que la naturaleza del trabajo docente hace que
los profesores se involucren afectivamente con su labor, en una escala mucho
mayor que cualquier otro trabajador del sector de la industria.
Todas estas labores extras en su trabajo,
hace que el mismo docente se auto intensifique en su labor diario, donde el
concepto de intensificación del trabajo docente ha sido utilizado por Apple
(1995) y Hargreaves (2005) citado por Torre (2015), quienes lo definen como un
proceso de racionalización y control del trabajo en la enseñanza, cuya
referencia central es la organización laboral y su administración científica en
la sociedad capitalista.
La intensificación de su trabajo en el día
a día, va más allá del aula y la misma escuela, con actividades extra, como por
ejemplo: planear sus clases; revisión de tareas, proyectos o actividades en
clases; asistencia a espacios formativos; atención a situaciones relacionadas
con la escuela y su trabajo (pláticas con padres de familia, asuntos laborales
y sindicales, demandas oficiales de información, etc.); entre otras más
actividades. Ocasionado en mucho de los casos; sufrimiento, insatisfacción,
enfermedad, frustración y fatiga en su trabajo por auto intensificarse. Aparte
de cumplir con todas estas demandas o exigencias extras, no se ven reflejadas
en el sueldo del profesor, sino con el mismo sueldo y tiempo deben cumplir con
las nuevas demandas presentadas en la educación.
Conclusión.
En la actualidad, es de gran importancia
de la organización, ya sea, escolar o de trabajo. La escolar, es mucho más
amplia y está en la disposición de los órganos del poder público (municipal,
estatal y federal), a través de sus planes, leyes, decretos y programas, entre
otros más. Por su parte, la organización de trabajo está más dirigida a los
trabajadores de la educación. Estableciendo principalmente al docente y su
organización de sus labores educativas dentro y fuera del aula de clases.
En donde el docente debe cumplir con todas
las actividades escolares, sociales, institucionales y del magisterio, que se
le exigen o demandan. Además al auto intensificar sus labores provoca un mayor
esfuerzo en poco tiempo para la preparación en su organización de trabajo,
ocasionando en muchos casos un cansancio crónico en su persona y trágicamente
reduciendo la calidad del mismo.
Bibliografía.
Ballesteros, A. (1935). Organización escolar. Madrid: Revista española de pedagogía.
Hargreaves,
A. (1996): Profesorado, cultura y postmodernidad. Madrid: Morata.
Instituto
del Desierto de Santa Ana. (2015). El
proceso enseñanza-aprendizaje con un enfoque teórico-práctico (Antología).
IDESA; Santa Ana.
Real Academia Española.
(s.a.). Organización. Recuperado el 3
de julio de 2019, en: https://dle.rae.es/?id=RBkqiJI
Sáenz, O.
(1995). La organización escolar.
Madrid: Anaya. Recuperado el 3 de julio de 2019, en: http://orescolar.blogspot.com/2016/05/definiciones-de-organizacion-escolar.html
Torres, H.
(2015). Intensificación del trabajo
docente. Recuperado el 3 de julio de 2019, en: https://www.milenio.com/opinion/alfonso-torres-hernandez/apuntes-pedagogicos/intensificacion-del-trabajo-docente
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