La noche es para dormir, el día es para trabajar. Nadie sabe esto mejor que tú, que aprovechas los primeros rayos de sol para empezar a estudiar. De hecho, sabes esto y muchas cosas más, porque usas los días para aprender como nadie más.
1.- Desvelarse nunca es una
opción
Sí, las fiestas, ver pelis o hacer cualquier cosa después de las 11 pm es bueno, pero no vale la pena por el sueño que tendrás a la mañana siguiente y la manera en que esto afectará tus estudios.
2.- Aunque si ya te
desvelaste, nada que un cafecito no pueda arreglar
Tú
entiendes el “no me hables hasta que tenga mi café” como nadie en el universo.
Es tu gasolina y tu mejor aliado para concentrarte y aprender muchísimo.
3.- Benditas sean las
siestecitas de medio día
A
veces el agotamiento por tanto aprendizaje te empieza a ganar, pero nada que no
puedas arreglar con una siesta reparadora. Pones una alarmita, te preparas y
duermes unos 10 ó 20 minutos que son magia pura. Despiertas con más energía y
ganas de seguir aprendiendo.
4.- Un buen desayuno también
ayuda muchísimo
Nada
súper pesado o hipercalórico, con un buen desayuno balanceado estás listo o
lista para empezar tu día y meterte de lleno a tus estudios.
5.- Tu reloj biológico ya es
mejor que cualquier alarma
Claro,
para no errarle pones tus alarmas a la hora que tienes que despertarte, pero tú
ya desarrollaste el super poder de despertarte sin la ayuda de nadie ni nada.
6.- Más que rutina, tú tienes
toda una guía de vida
Y
no entiendes a las personas que no tienen ordenados sus horarios y tiempos
durante el día, ¿por? No existe nada mejor que tener calendarizadas todas tus
actividades.
7.- Pero a ver, que ames
estudiar de día no significa que no sepas divertirte
Te
levantas tempranito a estudiar y aprender, pero a buena hora, y una vez que
hayas cumplido tus objetivos del día, te desconectas y que venga la diversión.
8.- No hay mejor luz que la
natural
Sí,
sí, hay muy buenas lámparas y la tecnología sí que nos ha ayudado a adaptarnos
a la oscuridad… pero nada le gana a la luz del sol para leer, tomar notas y ver
todo lo que estás aprendiendo.
9.- Nada se compara a la
energía de la mañana
Esas
ganas de estudiar, aprender y revisar todos esos apuntes que te invaden luego
de despertar son lo máximo. Nunca tienes tanta energía como en las primeras
horas del día.
10.- Early bird gets the worm
Nada
refleja mejor tu estilo de vida que esta frase en inglés (que significa
literalmente que el ave que llega temprano obtiene el gusano). Sabes que estar
listo o lista y con ganas en las primeras horas del día tiene muchísimas
recompensas y beneficios.
11.- Hay más gente con quien
platicar lo que estás aprendiendo
Y
no sólo “más gente”, sino un grupo de gente que ama aprender temprano tanto
como tú. Puedes aprender con ellas y ellos, y comentar todo lo que están
estudiando. ¿Qué puede ser mejor que eso?
12.- Aunque a veces hay muchas
distracciones…
Eso
sí, durante el día pasan muchas cosas. Noticias, eventos y todo tipo de sucesos
que la gente comenta y que a veces pueden distraerte. Sobre todo porque hay
mucha gente que no entiende que ESTÁS ESTUDIANDO.
13.- Pero ya sabes vencerlas
Obviamente
ya desarrollaste un mega sistema de defensa contra distracciones. Puede estar
sucediendo la invasión alienígena fuera de tu casa, pero tú sabes cómo mantener
tu concentración y seguir estudiando.
14.- Y finalmente: te duermes
con emoción por lo que aprenderás al día siguiente
Acéptalo:
no existe un sentimiento más placentero que ese. Te vas a dormir pensando en
todo el conocimiento que te espera al día siguiente, sueñas con todas esas
lecturas, vídeos y clases que devorarás a la mañana siguiente y te urge
despertar para empezar a aprender.
Si
llegaste hasta acá eres alguien que VERDADERAMENTE ama aprender de día.
Fuente: Esté artículo es originalmente publicado por Platzi en la página: https://platzi.com/ Por: Joakimkardashian
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